Microrrelato: La última vigilia
Me rodean la oscuridad y el silencio. Dios me reclama y antes de que salga el sol, habrá de juzgar si me sentaré a su diestra. Mi mano tiembla; temo que la débil luz de esta vela se apague antes que mi vida.
Siempre quise empuñar la espada y guerrear contra el infiel, pero Nuestro Señor hizo del scriptorium mi campo de batalla. Desde que llegué al monasterio de San Pedro de Cardeña, he consagrado mis días y mis noches a difundir su palabra y la de quienes escucharon su voz más claramente que yo.
Me cuesta sostener la pluma sin emborronar el pergamino. Me cuesta recordar los versos que he de inmortalizar. Mis ojos se anegan en lágrimas al pensar que mi último trabajo enardecerá los corazones de quienes harán que Santiago se imponga a Mahoma. Siento el pulso acelerado y débil, pero la vela aguanta. Los santos me aguardan y, junto a ellos estará Rodrigo. ¿Me recordará? Solo era un niño aquella vez que me sonrió cuando partía con su mesnada. ¿Se mostrará complacido cuando complete este Cantar de Mío Cid? Un puñado de palabras me separan del punto final.
Autor: David Morales García, de Madrid
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Fotografía de Jtspotau, bajo licencia CC BY 3.0
Música de Kevin McLeod